Cualquiera que haya prestado atención al mercado bursátil estadounidense en los últimos años sabe que el sector biotecnológico ha sido uno de los sectores que mejor se han comportado. En la última década, el índice S&P 500 biotechnology ha ganado un 344% en dólares estadounidenses, comparado con una subida del 102% para el índice general
En los últimos tres años, sin embargo, el sector ha dado un pequeño paso atrás, con una rentabilidad por debajo del S&P 500. Desde el 1 de febrero de 2015, el sector biotecnológico ha ganado un tímido 5,3% en dólares, mientras que el índice ha obtenido una rentabilidad del 34%.
Hay varias razones por las que el sector se ha tomado un respiro. Las valoraciones es una de ellas: las acciones biotecnológicas tuvieron un comportamiento tan positivo durante tanto tiempo que las valoraciones se han encarecido y algunos inversores han empezado a recoger beneficios. Pero hay dos factores que a nuestro juicio han tenido un impacto mayor que los precios: la política y el ciclo.
En el año anterior a las elecciones presidenciales americanas, se habló mucho sobre limitar los precios de los medicamentos y realizar algunos cambios en el sistema de salud estadounidense. La mayor parte del debate se centró en lo que Hillary Clinton podría hacer como presidenta, y con la mayoría de los estadounidenses pensando que iba a ganar, parecía inevitable que el sector experimentara un cambio sustancial.
Había mucha incertidumbre, ya que Clinton proponía algunas ideas que podrían haber afectado a la industria de los medicamentos. Cuando Clinton perdió, las acciones biotecnológicas volvieron a subir ya que los inversores se sintieron más cómodos con la idea de que Donald Trump no haría cambios importantes.
En torno a esa época, el ciclo de medicamentos que ayudó a impulsar las acciones de biotecnología llegó a su fin. En 2012 y 2013, los nuevos medicamentos apenas comenzaban a materializarse, con la mayoría de esos años centrados en la innovación. Fue sólo en 2014, 2015 y parte del 2016 cuando las empresas comenzaron a generar ingresos por su trabajo de investigación y desarrollo y vimos fuertes crecimientos de ventas en esos años. Luego esto se calmó.
El sector biotecnológico tiende a moverse en olas, con el primer gran ciclo a mediados y finales de los años 90, otro ciclo a mediados de la década de 2000 y el último entre 2012 y 2016. Durante los últimos dos años, el sector ha tenido que "reiniciar su motor" y sólo ahora vemos que la innovación se está recuperando.
Un futuro prometedor
Aunque que las cotizaciones de las biotecnológicas han mejorado en los últimos 12 meses, el ambiente está maduro para un mayor rebote. En primer lugar, se están desarrollando medicamentos nuevos y potencialmente revolucionarios. La terapia celular, en la que se inyectan células vivas en un paciente, es un área de crecimiento importante. La oncología es un área central de investigación, con nuevos medicamentos de Novartis y Gilead Sciences recientemente aprobados. Las compañías también están encontrando maneras de usar los medicamentos existentes en poblaciones de pacientes más grandes, mientras que las terapias genéticas relacionadas con la hemofilia y las curas para otras enfermedades raras están en marcha.
Otro empuje para el sector es el hecho de que el proceso de aprobación por parte de la FDA (Food and Drug Administration) en Estados Unidos sea más rápido (algunos medicamentos han conseguido la aprobación de la FDA en sólo tres meses), y cuanto antes se aprueba un medicamento, antes puede empezar a generar ingresos.
Además, la demografía en América – con un creciente envejecimiento - y el mejor acceso a la medicina en los países emergentes también deberían mantener el auge del negocio para las empresas del sector.
Aumento de las fusiones y adquisiciones
Por muy bueno que parezca el futuro, el paisaje para las biotecnológicas es un poco distinto hoy en día del que era hace unos años. Los jugadores más grandes son ahora más maduros, lo que significa que podrían tener problemas para generar el mismo tipo de rendimiento que antes. Sin embargo, están intentando aumentar los ingresos y las cotizaciones, especialmente a través de adquisiciones.
Las fusiones y adquisiciones en biotecnología se han acelerado, con varios acuerdos concretados en 2017. Una de las transacciones más notables ocurrió en agosto, cuando Gilead, que ha estado luchando por aumentar sus ingresos debido a la disminución de las ventas de su medicamento estrella contra la hepatitis C, compró Kite Pharma por 11.900 millones de dólares. La adquisición le da a Gilead tecnología de vanguardia en terapia celular contra el cáncer y acceso a otros medicamentos prometedores.
Otras empresas también están buscando compras. En febrero, Amgen dijo que tenía capacidad financiera y que estaba interesada en buscar acuerdos que agregaran valor en áreas de interés. Con la nueva reforma fiscal que facilita a las compañías repatriar a Estados Unidos efectivo que han estado reteniendo en el extranjero, se espera que la actividad de fusiones y adquisiciones se recupere a partir de 2018.
Aunque las mayores innovaciones están ocurriendo en el segmento de las pequeñas y medianas empresas, las compañías más atractivas desde el punto de vista de la valoración son empresas de mayor capitalización, con muchas de ellas operando con un descuento del 10% y 30% según nuestros análisis.
Nos gusta, por ejemplo, Roche Holding y Shire PLC, ambas compañías con un rating Morningstar de 5 estrellas. Roche Holding, que se beneficia de una amplia ventaja competitiva, se enfrenta a algunas presiones por parte de los medicamentos biosimilares -esencialmente genéricos para la biotecnología-, pero también tiene en preparación medicamentos innovadores, entre ellos un prometedor medicamento contra el cáncer de pulmón. Y pensamos que ese pipeline tiene más potencial de lo que el mercado está asumiendo ahora mismo.
En cuanto a Shire que tiene una ventaja competitiva estrecha (Narrow Moat) ha tenido algunos problemas financieros relacionados con la compra de Baxalta en 2016 y tiene más deuda de lo que nos gustaría. Sin embargo, la firma la está pagando, y aunque su cartera de medicamentos no es tan robusta como la de otros competidores, tiene algunos medicamentos de terapia génica en preparación. También ha podido evitar la competencia en el lucrativo espacio de la hemofilia.