Para muchos inversores la renta variable china ocupa un lugar cada vez más importante en sus carteras. Pero sigue siendo una parte marginal, utilizada básicamente de forma táctica y no estratégica, generalmente como una exposición apalancada al crecimiento económico global. Sin embargo los gestores del fondo Matthews Asia (una gestora estadounidense especializada en el continente asiático; pinche aquí para leer el documento en su totalidad) consideran que las acciones chinas se están convirtiendo en una clase de activo propiamente dicha que debería ocupar una parte aislada de las carteras de los inversores, de la misma forma que lo hacen las acciones norteamericanas u europeas.
¿Qué es lo que caracteriza, según estos gestores, a una clase de activos como la renta variable americana u europea que juegan un rol especial en las carteras?
Primero, el tamaño del mercado y de la economía. Está claro que China cumple este primer requisito. El gigante asiático representa hoy en día el 8% del PIB del planeta y su población es cuatro veces la de Estados Unidos. En cuanto a la capitalización bursátil del mercado chino hay que distinguir los dos mercados internos de Shanghai y Shenzhen que alcanzan casi los 4 billones de dólares de capitalización (a Junio de 2011) del mercado de Hong Kong (de 2,6 billones de dólares) donde prácticamente la mitad de la capitalización corresponde a empresas chinas.
Segundo, las expectativas de un crecimiento rentable. Lo que importa no es tanto la tasa de crecimiento en sí sola sino el crecimiento de las oportunidades de negocio. En este aspecto la economía China claramente destaca frente a las demás. La suma de la productividad del trabajo y del capital supera ampliamente la de Latinoamérica y la de los demás países asiáticos, lo que significa que su crecimiento es susceptible de ser más duradero y más rentable.
Por último, la diversidad y la liquidez del mercado. El crecimiento chino no está localizado en un segmento concreto de la economía sino que está extendido en una amplia gama de industrias. En cuanto a la profundidad del mercado, señalan que el número de pequeñas compañías que cotizan en el mercado se ha duplicado en estos últimos cinco años, con más de 1000 small caps cotizadas a finales del año pasado.
Dicho esto, los gestores de Matthews señalan que muchos inversores que invierten en China siguen excesivamente centrados en la revalorización del capital a corto plazo y no valoran en su justa medida la rentabilidad por dividendo que pueden generar a largo plazo (a finales del mes de junio la rentabilidad por dividendo del índice MSCI China se situaba en el 2,5% frenta a un 1,9% para el S&P 500).
Por último, concluyen que de la misma forma que cuando los inversores compran acciones estadounidenses se preguntan si quieren un estilo value o growth o acciones de pequeña o gran capitalización, deberían hacerse las mismas preguntas cuando deciden invertir en acciones chinas.