¿Por qué los inversores obtienen muchas veces peores rentabilidades que los índices de referencia? Hay varias causas que podríamos señalar.
Atracción por los fondos “calientes”
En primer lugar hay que apuntar el hecho de que los partícipes suelen concentrar sus inversiones en los sectores, países o regiones más “calientes” del momento, los que más se han revalorizado a corto plazo, pero generalmente lo hacen en el peor momento posible. La historia nos ofrece numerosos ejemplos de este típico error por parte de los inversores (el invertir con la mirada puesta en el retrovisor). Fue el caso de los fondos tecnológicos justo antes de la burbuja de principios de los años 2000. Y podría ser el caso de algunos fondos emergentes en la actualidad, o incluso de los fondos de renta variable en general.
Pasión por el trading
También existe una tendencia por parte del inversor en tratar de adelantarse a los movimientos del mercado.
Solapamiento de fondos
Otro de los motivos por los cuales las rentabilidades obtenidas por los inversores no alcanzan la de los índices de referencia se debe al solapamiento que existe entre los distintos fondos de la cartera. Si uno ha invertido en dos fondos cuyas carteras son muy similares, el rendimiento global puede sufrir por falta de diversificación.
El problema de la dilución
Un problema, muy distinto, es el de la dilución. Es el que se produce cuando uno ha diversificado tanto que al final se encuentra con una cartera pasiva que replica malamente a un índice y con unas comisiones que hacen que su rentabilidad no consiga superar la de este último. Es frecuente encontrar inversores que a lo largo de los años han ido acumulando fondos sin saber realmente si aportaban algo a la cartera global. Como en la vida, todo es cuestión de equilibrio, y de encontrar la justa medida entre diversificación y dilución.
¿Qué índice de referencia elegir?
Cuando uno invierte y quiere medir la rentabilidad obtenida por esa inversión es necesario fijarse en un índice contra el cual uno puede compararse. Es lo que determinará si lo hemos hecho bien o mal. Si uno compra acciones españolas o un fondo de acciones españolas, uno podría pensar que la referencia es el IBEX 35. Pero hay que saber que el IBEX es un índice de precios; no toma en consideración los dividendos de las acciones, de los que si se benefician los gestores de fondos. La diferencia puede parecer insignificante, pero no lo es sobre todo en periodos largos de tiempo. El siguiente gráfico muestra, por ejemplo, la diferencia entre el MSCI Spain con y sin dividendos en la década de los 2000s. Esa diferencia alcanza cerca del 40% en ese periodo. Y es que los dividendos constituyen una parte importante de la revalorización de las bolsas a largo plazo. Es más complejo cuando uno ha invertido en fondos pertenecientes a categorías donde no es fácil encontrar un índice de referencia, como por ejemplo los fondos de bonos emergentes o de determinados sectores. Y la cosa se complica cuando uno pretende medir la rentabilidad de una cartera compuesta por distintos tipos de fondos.